#SPIDERVERSE #OBOSO #DEADPOOL

Él era Peter Benjamín Parker, un chico que fue picado por una araña radioactiva y adquirió poderes. Se volvió un héroe que salvó la ciudad, paró un tren, se enamoró, volvió a salvar la ciudad, se graduó, se casó, tuvo una paleta media fea, recibió una paliza, se cayó, enterró a la tía May, se distanció con su esposa... y lo superó como un campeón.

Quizás, de todo lo dicho, aquello último ha sido su mentira más grande de todo el mundo porque, sin duda alguna, no, no lo superó.

Era de esperarse que Mary Jane algún día querría aquello. Ser una familia, grande y hermosa, como el sueño de cualquier mujer estereotipo. Y no es que diga que MJ lo sea; ella soñamente tiene sueños, siempre los ha tenido, y cada quien fue por ellos. Lamentablemente, ese en partiicular, necesita ayuda de ambos y es algo que sinceramente no puede darle. No es como si fuera a una reunión, aparecer en un evento o algo así. No. Va muchísimo más allá. Su trabajo tiene responsabilidades a cumplir y el peso de los años es inmenso, pero ¿sumarle todavía más? ¡Ni está preparado para tener un hijo! ¡Los niños significan mucho, tiempo y dedicación! Parece algo muy simple, casi como hacer crecer una planta: pon en condiciones la tierra y deja la semilla, riegalo y crece. Pero no va tan así, en el medio hay cuidados, venenos para que los bichos no se coman la plantita, las posibilidades que algo salga mal, hay... hay demasiados factores que su cabeza jamás dejó de maquinar, llevándolo a eso: su negativa. MJ, como es de esperarse, no lo tomó muy bien. Ella necesita eso y si su compañero no pude seguirla, irá tras ello de algún modo. No puede esperar. No. Siempre ha sido así ¿verdad?

Mary Jane tiene muchos defectos y quizás ese ha sido el mayor con los años. Igualmente, es la mujer que ama y siempre tendrá en su corazón, aun cuando su decisión y partida lo parta en pedazos. Los días sin ella han sido pesados, bajo lloriqueos y un constante "para qué" sobre su cabeza. Los ejercicios ya no existen, sus pasatiempos son ver series de mala calidad y comer pizza, más pizza, y un poco de pizza, siempre dejando un tiempecito importante para ahogarse en lamentos y arrepentimientos junto una profunda depresión. Sí, hermosa rutina. La vida ha hecho estragos, no puede quejarse de ellos, no ahora. Supone, quizás, se lo ha buscado. No tiene caso quejarse de ello o buscarle lógica; nada lo cambiará.

El suspiro sonoro junto un jadeo se le escapa de la boca y sale de la cama. La noche anterior ha estado hasta tarde patrullando y por culpa del Duente recibió una golpiza inmensa. Hay moretones por todos lados, un cacho de traje rasgado en el pecho y poco más. No lleva puesta la máscara y ni se preocupa en ocultar su identidad al abrir la puerta, puede decir que es un cosplayer, después de todo hay cada año más de ese tipo y mayores como él, puede camuflarse entre tanto fan. Al abrir la misma, que efectua un sonido chirriante por la mierda que es, solamente puede ver esa cosa roja y el rostro se le transforma en más pesadez.

—No estoy, lo siento —va a cerrar la puerta pero se detiene cuando nota el pastel. No es hambre ni gula, es solamente el texto junto aquella muñeca. No lo puede creer. Lejos de parecerle gracioso, solamente frunce el ceño y da un manotazo a la comida, hundiendo la mano en el medio y tirándolo en el piso. Ahora, ya conforme, cierra la fuerta finalmente y se mira la mano glaseada un instante. Encoge los hombros y se la lame mientras camina hasta el baño a lavarse, esa mierda sabe rico.

Él era Peter Benjamín Parker, un chico que fue picado por una araña radioactiva y adquirió poderes. Se volvió un héroe que salvó la ciudad, paró un tren, se enamoró, volvió a salvar la ciudad, se graduó, se casó, tuvo una paleta media fea, recibió una paliza, se cayó, enterró a la tía May, se distanció con su esposa... y lo superó como un campeón.

Quizás, de todo lo dicho, aquello último ha sido su mentira más grande de todo el mundo porque, sin duda alguna, no, no lo superó.

Era de esperarse que Mary Jane algún día querría aquello. Ser una familia, grande y hermosa, como el sueño de cualquier mujer estereotipo. Y no es que diga que MJ lo sea; ella soñamente tiene sueños, siempre los ha tenido, y cada quien fue por ellos. Lamentablemente, ese en partiicular, necesita ayuda de ambos y es algo que sinceramente no puede darle. No es como si fuera a una reunión, aparecer en un evento o algo así. No. Va muchísimo más allá. Su trabajo tiene responsabilidades a cumplir y el peso de los años es inmenso, pero ¿sumarle todavía más? ¡Ni está preparado para tener un hijo! ¡Los niños significan mucho, tiempo y dedicación! Parece algo muy simple, casi como hacer crecer una planta: pon en condiciones la tierra y deja la semilla, riegalo y crece. Pero no va tan así, en el medio hay cuidados, venenos para que los bichos no se coman la plantita, las posibilidades que algo salga mal, hay... hay demasiados factores que su cabeza jamás dejó de maquinar, llevándolo a eso: su negativa. MJ, como es de esperarse, no lo tomó muy bien. Ella necesita eso y si su compañero no pude seguirla, irá tras ello de algún modo. No puede esperar. No. Siempre ha sido así ¿verdad?

Mary Jane tiene muchos defectos y quizás ese ha sido el mayor con los años. Igualmente, es la mujer que ama y siempre tendrá en su corazón, aun cuando su decisión y partida lo parta en pedazos. Los días sin ella han sido pesados, bajo lloriqueos y un constante "para qué" sobre su cabeza. Los ejercicios ya no existen, sus pasatiempos son ver series de mala calidad y comer pizza, más pizza, y un poco de pizza, siempre dejando un tiempecito importante para ahogarse en lamentos y arrepentimientos junto una profunda depresión. Sí, hermosa rutina. La vida ha hecho estragos, no puede quejarse de ellos, no ahora. Supone, quizás, se lo ha buscado. No tiene caso quejarse de ello o buscarle lógica; nada lo cambiará.

El suspiro sonoro junto un jadeo se le escapa de la boca y sale de la cama. La noche anterior ha estado hasta tarde patrullando y por culpa del Duente recibió una golpiza inmensa. Hay moretones por todos lados, un cacho de traje rasgado en el pecho y poco más. No lleva puesta la máscara y ni se preocupa en ocultar su identidad al abrir la puerta, puede decir que es un cosplayer, después de todo hay cada año más de ese tipo y mayores como él, puede camuflarse entre tanto fan. Al abrir la misma, que efectua un sonido chirriante por la mierda que es, solamente puede ver esa cosa roja y el rostro se le transforma en más pesadez.

—No estoy, lo siento —va a cerrar la puerta pero se detiene cuando nota el pastel. No es hambre ni gula, es solamente el texto junto aquella muñeca. No lo puede creer. Lejos de parecerle gracioso, solamente frunce el ceño y da un manotazo a la comida, hundiendo la mano en el medio y tirándolo en el piso. Ahora, ya conforme, cierra la fuerta finalmente y se mira la mano glaseada un instante. Encoge los hombros y se la lame mientras camina hasta el baño a lavarse, esa mierda sabe rico.